Este tema, que ya hemos tratado con anterioridad, no es demasiado recurrente en los medios, sin embargo, no por ello debemos olvidarnos de su existencia.
No iré tan lejos como para decir que el agua es un recurso abundante, nada más lejos de la realidad, sin embargo el énfasis que se hace siempre sobre la importancia de su ahorro/escasez es simplemente una excusa de los responsables primarios de la gestión de ésta para traspasar todo el peso de esta responsabilidad a los usuarios finales: los ciudadanos. Esto es algo muy sencillo, mientras empresas del sector y administraciones hacen y deshacen a su antojo con el ciclo integral del agua, los usuarios nos vemos agobiados con restricciones en periodos de sequía y penalizaciones en las facturas por consumos por encima de la media.
OJO! Por supuesto no estoy diciendo que debamos dejar de tener este cuidado y de esforzarnos en ahorrar agua, que nadie me malinterprete, sin embargo, sería mucho más llevadero si todos los eslabones de la cadena colaborasen en la misma medida. Con esto pretendo señalar a los responsables de su gestión: los poderes públicos –y no tan públicos, ahora que se están dando muchos casos de privatización de la gestión de los servicios de aguas -, que deberían asegurar un reparto justo del recurso entre todos los sectores que lo aprovechan –consumo urbano, agricultura, industria, etc.- y el mantenimiento constante de un proceso de renovación de los sistemas de abastecimiento y saneamiento para evitar gastos innecesarios. En este sentido, el I+D se presenta como un imprescindible para acabar con este problema.
Como ya he señalado anteriormente, el proceso de uso sostenible del agua sólo se puede conseguir si los participantes en el ciclo del agua actúan colectivamente para llegar a un punto medio de cooperación para lograr que el agua siga siendo un derecho al alcance de todos, pues, tan importante es un consumo final responsable como una gestión integral eficiente.
Colonialismo del Agua 