¿Existe la buena gestión privada del agua?


Garantizar la eficiencia, la autosuficiencia económica y la calidad del producto es lo importante a la hora de hablar de aguas. El director general de la Asociación Española de Abastecimiento de Agua y Saneamiento (AEAS), Fernando Morcillo, ha insistido sobre este importante tema, en el  II Congreso Internacional de Ingeniería Civil y Territorio Galicia-Norte de Portugal.

Napoleon

En su ponencia, expuso que no consideraba que el tema que había que discutir fuese la gestión publica o privada de los servicios de aguas, siempre que se mantuviese la administración de estos en manos públicas; sino garantizar el suministro a toda la población. Basó sus argumentos diciendo que “la gestión, por ser una tarea compleja, funciona mejor bajo la supervisión de una empresa, sea esta pública, privada o mixta” pero que la administración tiene que conservar su publicidad pues, al fin y al cabo, el agua es un bien de todos y “debe estar siempre en manos de los poderes públicos”.

Ahora, yo no quiero decir que el señor Morcillo no tenga razón, pero, lo que tengo claro es que no nos podemos olvidar de que una empresa privada tiene unos intereses, valores y objetivos diferentes a los de una empresa pública.

Este escenario sería válido si las empresas privadas en cuestión no fuesen unas acaparadoras de aguas (y unas colonizadoras) y sirviesen a la sociedad de manera limpia y transparente. Cuando las empresas hacen maniobras tendenciosas e incluso fuera de la legalidad, consiguen privilegios por encima de competidores y explotan un recurso básico de manera tan alarmante, no podemos confiar en ninguna de ellas: debemos luchar porque el servicio siga siendo un bien público en todos sus aspectos.

Digamos que soy un escéptico crónico e imperdonable, nunca me podré fiar de empresas como Agbar… y vosotros ¿qué opináis sobre el tema?

 

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